viernes, 27 de enero de 2012

Gestión Epistemológica en la Construcción Doctoral (Fase Profundización)

LA MODERNIDAD Y LA CONDICIÓN POSTMODERNA


Análisis de Contenidos Teóricos

Facilitadora:   Dra. Feryeny Padrino                              
 

La concepción de la Posmodernidad como un espacio definido en la historia de la humanidad desde el punto de vista de la cultura occidental ha generado reacciones de diversa naturaleza. Algunas legitiman su desarrollo, para otros no existe, es decir, es solo una fase de la Modernidad; también hay posiciones que le adjudican algún crédito pero solo como una etapa de la Modernidad. En este texto desarrollaremos algunos aspectos que redundan en torno este asunto así como a la realidad de la educación superior en Venezuela y el mundo, a partir del pensamiento teórico-crítico de Rigoberto Lanz (Venezuela), Francoise Lyotard (Francia) y Gianni Vattimo (Italia).




LA UNIVERSIDAD CERCADA

Rigoberto Lanz expresa una descripción de la universidad tal cual como él la ve, aún estando dentro de la misma por cuanto él mismo es docente universitario. Tal vez sea un ejercicio de mea culpa o la socialización de lo que cotidianamente observa. El sociólogo venezolano afirma que la actual universidad es un modelo agotado, poco productivo e insostenible por sí mismo. Vale decir que ante el declive del concepto que hoy conocemos, empiezan a erigirse nuevas formas de certificación de saberes y de profesionalizar para la incorporación al mercado laboral el cual también está mutando.

Señala Lanz que estas casas de estudio albergan intelectuales que aún no han notado que su entorno está cambiando por lo que su percepción de la realidad no se ajusta a la responsabilidad que tienen y que contradice la inherencia de su reflexividad. La tesis que sostiene es la siguiente: “Insistamos en esta idea básica: es cada vez más improbable que las universidades retengan el monopolio de la titularización o la acreditación ce saberes. Hay otras agencias, otras modalidades que se irán imponiendo por fuerza de la dinámica del trabajo (…). La exclusividad de las certificaciones de saberes llega a su fin”.

Él plantea que existen tragedias derivadas de esta situación. La primera señala que “la universidad como el único lugar donde se obtienen diplomas ya no aguanta más. La segunda revela “el famoso mercado laboral, fundado en la idea Moderna de trabajo también llega a su fin” y la tercera expresa “la cuestión es que el sentido común dominante no ve más allá de esta imagen simple de la universidad que forma profesionales. A la gente que no piensa estos asuntos le cuesta mucho entender la idea de una universidad constituida esencialmente por comunidades intelectuales”

La causa de estas tragedias radica, a juicio de Lanz, en el “vacío teórico en el que se ha vivido en todos estos años” en virtud de que los cambios, las revisiones y reestructuraciones que ha experimentado la universidad no surgen de su propio seno sino desde afuera. El sociólogo esclarece este razonamiento utilizando una paradoja “un espacio que es por definición el humus de la reflexividad pero en el que se piensa poco o casi nada”.

Consciente del impacto que pudieran tener estas declaraciones el autor reconoce los esfuerzos que hacen muchas personas por cambiar una realidad en la cual existen “cercas académicas”, “jaulas teóricas” y “encierros conceptuales”. Finalmente concluye con una reflexión: es relativamente fácil derribar los muros, resulta algo más complicado derribar los dogmas”.



MUNDIALIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO

En el mismo orden pero indirectamente relacionado con el asunto de la universidad, Lanz se pronuncia en cuanto a la internacionalización del conocimiento. La tesis de este texto es la siguiente: “no confundir mundialización con “globalización”. Son en verdad dos conceptos en conflicto (…). Se sigue de allí en una reflexión que está en permanente tensión con las fuerzas hegemónicas que se inscriben en la lógica del pensamiento único, en la voluntad imperial que sigue gobernando los intercambios Norte-Sur, en las modalidades de recepción intelectual en las escuelas de pensamiento o tendencias teóricas. El debate sobre la internacionalización del conocimiento está inscrito en este marco de conflictos y contradicciones.

A partir de este planteamiento esgrime una serie argumentos que develan su pensar crítico respecto la manera como se construye, difunde, certifica y valora el conocimiento siempre signado por la influencia de los factores de poder nacionales e internacionales. Rigoberto Lanz presenta el problema del conocimiento en este ensayo valiéndose de un lenguaje matizado por la ironía; por ejemplo se vale de comillas para dejar en duda la presumible universalidad de la ciencia y el conocimiento los cuales históricamente han tenido que superar estándares establecidos que aunque son rigurosos puesto que se trata de la puesta en práctica del Método Científico desestiman otros saberes alternativos cuyo valor es incuestionable pero que de alguna manera distorsionan el status quo.

Este último está constituido principalmente por los estamentos mercantilistas, el estado, el aparato educativo, la iglesia, medios de comunicación, entre otros, quienes son los jueces y representan para estos efectos la Modernidad. En contraste con este escenario en proceso de transición y seriamente cuestionado se erige una “lucha contra hegemónica” que a juicio de Lanz tiene como bandera la defensa de la autonomía de la esfera cultural, la biodiversidad biológica y la preservación de la calidad del medio ambiente.

En concordancia con el ensayo anterior, La Universidad Cercada, el sociólogo venezolano atribuye a las instituciones educativas de educación superior una gran responsabilidad puesto que a través de la emisión de títulos, la relación con corporaciones y la mercantilización legitiman la concepción del conocimiento como mercancía, de allí que el ensayista cuestione sarcásticamente el concepto sociedad del conocimiento.



LA CONDICIÓN POSTMODERNA

INFORME SOBRE EL SABER


(Análisis)

En este texto se presenta el análisis crítico de un autor anónimo, para efectos de este trabajo, por cuanto no aparece reflejado en el mimeografiado, sin embargo denota una lectura exhaustiva del trabajo de publicado por Lyotard en 1987. En líneas generales, el material de estudio redunda en los siguientes aspectos: modernidad, postmodernidad, conocimiento, saber, legitimación y deslegitimación, relatos, entre otros. Su propósito es desentrañar del pensamiento de Françoise Lyotard su parecer sobre estos grandes temas al tiempo que el analista pronuncia también se opinión.

La tesis que sostiene el crítico es la siguiente: “hemos de inaugurar una nueva etapa histórica llamada “Postmodernidad”, no es algo absolutamente seguro; mas, lo de que sí que podemos estar ciertos es del efecto que la asunción del punto de vista Postmoderno por parte de filósofos, historiadores, publicistas, autoridades y poderes fácticos varios está teniendo sobre la realidad que pretenden definir. Esa quiere ser mi perspectiva ante la Postmodernidad: tener en cuenta sus aportaciones novedosas, sobre todo, la influencia que han tenido sobre la realidad”.

A partir de esta premisa se va decantando una disección histórica de donde surge la Postmodernidad impresa con un signo de incredulidad. La no adhesión a esta fractura de la historia está argumentada por la realidad misma en contraste con lo que se le pretende adjudicar a ese cambio del tiempo. Si se configura a partir de la globalización, la visión de la sociedad plural y del saber así como el respeto a la diversidad, a juicio del analista no existe una proyección real. De allí que el crítico que creó el análisis en estudio especule acerca del umbral de la Posmodernidad: si se trata da la lectura que Lyotard hace de los signos que exhibe la contemporaneidad o tal vez de la acogida generalizada de este concepto, producto de las disertaciones filosóficas del pensador francés. En definitiva esta última opción es el mérito que le otorga a Lyotard: “que capta las direcciones de las transformaciones del saber y proporciona una explicación (…) de ellas.

Entre los aspectos resaltantes en el texto de Lyotard, es necesario destacar la lectura que este hace del capitalismo. Señala que una de las características de la fase tardía del mismo radica en el hecho que el conocimiento científico-tecnológico se incorporó en una gran fuerza productiva que desplazó la materia prima y la mano de obra. No obstante, el analista en estudio agrega que: “la producción y consumo, búsqueda de mercados potenciales y de materias primas siguen siendo importantes…”

A nivel cultural se cuestiona el concepto de historia y la manera como se presenta. Ya no se trata de una narración lineal lo cual evidencia una deslegitimación del saber moderno. La búsqueda de la verdad como certificación del saber, el nihilismo y la convicción de que el sujeto no es libre ni autónomo sino una nada; un vacío existente en tanto decida. La pérdida del sentido, la convicción de que no es el lenguaje lo que determina las cosas sino las formas de vida. En fin, a juicio del autor, Lyotard no encuentra en la Postmodernidad ningún avance hacia la libertad del hombre sino una ruptura con la idea de sometimiento ante entidades supranacionales no democráticas. A pesar de que son pocos los indicios positivos La Condición Postmoderna, el analista considera los aspectos negativos son constituyen una construcción humana potencialmente reversible.



EL FIN DE LA MODERNIDAD (NIHILISMO Y HERMENÉUTICA EN LA CULTURA POSTMODERNA)


(Análisis)

Nuevamente nos encontramos con el análisis de un texto, en este caso referido al pensamiento de Gianni Vattimo, publicado en 1996. Luego de una retrospectiva histórica en torno a la Modernidad, su origen, aspectos históricos determinantes en la construcción de la realidad actual comienza una disertación sobre la Postmodernidad.

La sentencia del crítico creador de este texto (no aparece reflejado en el mimeografiado) es que la Postmodernidad es derivada de la Modernidad pero no como una construcción distinta, es decir, un antes y un después. Se trata de una proyección sustantiva con la cual se pretende resolver lo que antes no se pudo: la economía que ha conducido el desarrollo de sociedades eficaces en la resolución de sus problemas mientras otras se ahogan en los suyos, el mercado como mecanismo para alcanzar riquezas también es creador de pobreza, la idea de progreso indefinido, el triunfo de la razón, la democracia y libertad como panaceas, el dominio de la técnica sobre la naturaleza y el afán de lucro, entre otros, son los signos que definen las sociedades avanzadas de este tiempo. Razón, progreso, democracia, individualismo y libertad constituyen los estándares ambicionados por las sociedades, especialmente las occidentales.

Estos cambios han trastocado las formas de sentir, pensar y actuar del hombre actual con respecto al de otros tiempos. Se ha convertido en un ser en constante evolución, que progresa materialmente, conquista el espacio, se comunica sin dificultades desde los cuatro puntos cardinales en tiempo real, crea gobiernos supranacionales, declara y defiende los derechos universales del hombre pero que también propicia conflictos enarbolando la bandera de la libertad y la democracia. El problema es que a partir de lo descrito también se han incrementado las desigualdades de toda índole entre unos países y otros.

Dibujado este panorama, aparece la Postmodernidad que viene a representar un cambio de época. Para el crítico en cuestión, Modernidad y Postmodernidad son conceptos similares, con elementos comunes. La diferencia radica en que las sociedades no son iguales entre sí. La Postmodernidad lo que logra es incorporar al imaginario humano el “relativismo cultural”. Esto significa que cada sociedad es diferente, es decir, exige una interpretación distinta en sí misma. Es en esencia diferente por lo que la homogeneidad y la persecución o imposición de ideales de vida de otra nación constituye una des-fundamentación, una acción alienante.

Es aquí donde entran en juego las ideas de Gianni Vattimo quien en su hermenéutica filosófica derivada de la influencia de las ideas de Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, plantea que la verdad es una interpretación sujeta al tiempo. Cada hombre y sociedad, en su interpretación histórica construye su ser-en-el-mundo. Con esto se quiere enfatizar la preeminencia de las diferencias por encima de intereses comerciales, religiosos, sexuales y culturales, entre otros. La verdad como diferencia y exigencia de respeto y tolerancia es lo que mantiene la armonía y el equilibrio en las relaciones societarias, en todas las magnitudes.


Participantes
Amaya, Martha C.I. 13611059
Berardinelli, Dionino C.I. 5621769
Páez, Edgar C.I. 7279672
Palma, Jhail C.I. 5982805
Ramírez, Aura C.I. 8554955
Rubio, Enilda C.I. 8800770